El genial El Roto desde su espacio en El País volvió a explicarnos muy bien qué están probando con nosotros. Es simple. La obediencia social.
Y logran éxitos apabullantes excepto entre los jóvenes que han decidido rebelarse —como siempre sucede— contra las órdenes.
La diferencia está en que en otras épocas los jóvenes salían a la calle a quejarse contra el opresor en manifiesta unión. Y hoy salen a la calle al botellón, a los bares, a las terrazas, a la juerga.
Es otra forma de quejarse, la verdad. Mucho más entretenida la actual, pues la mía era un coñazo y te llevabas sustos, carreras y porrazos en la espalda.
Estos jóvenes de ahora sí que saben.