Algunos profesionales privados ya lo han puesto en funcionamiento con mensajes grupales incluso, pero sobre todo con contactos rápidos personales. Cada profesional médico de cada Centro de Salud debería tener un número de teléfono del propio Centro de Salud que le permitiera mandar mensajes a sus pacientes o bien a través de la APP Salud Informa de Aragón poder ser bidireccional en el contacto.
Ni llamadas, ni email, mucho más simple y rápido un sistema mixto, pues además permite mandar mensajes grupales y a su vez también personales.
Es verdad que hay todavía un gran número de pacientes de edad avanzada que no podrían ser bien atendidos con estos sistemas. Pero para otro gran número de pacientes esto simplifica las visitas, las dota de más rapidez y eficacia y sirve para que si el motivo sea urgente, importante o necesite una visita presencial, se opte a ella.
Puede parecer un tiempo de trabajo mayor para los médicos, pero en los casos en que se está poniendo en funcionamiento no es cierto, sino al revés. La carga de los profesionales se llena a través de un excesivo número de pacientes al día, y un excesivo número de trámites burocráticos que les bloquean cada jornada.
En los primeros años este sistema tendrá el problema de tener que diferenciar pacientes por su tipo de atención, algo que se debe hacer lentamente e incluso planteando ya médicos que se acojan a este procedimiento y otros que no se acojan a él. Y que los pacientes elijan facultativo.
No es admisible tener a los pacientes esperando en las salas de espera de la consulta una hora antes de ser atendido, rodeados de otros pacientes que en teoría también están enfermos, con la pérdida de horas de trabajo y el riesgo que eso lleva para todos los presentes en el Sistema.
Y tampoco es admisible utilizar tiempos en Atención Primaria para algunas molestias menores o presuntas enfermedades todavía no declaradas pero con cifras rayando los límites, sin utilizar antes toda la carga de incidir en cuidar la Salud de forma auto responsable, de utilizar la Farmacia como elementos de apoyo para algunos análisis leves, de no caer en la prevención excesiva a base de química y consultas programadas, cuando gran parte de ellas se deben hacer por Redes Sociales.
Por poner un ejemplo. Si muchos de nosotros somos capaces de ir una vez cada dos meses a un restaurante, también deberíamos ser capaces de tener en casa un tensiómetro y una báscula. Y evitar las visitas programadas a Enfermería para tomar la tensión, pesar al paciente y preguntarle qué tal va. Hoy para la mayoría de estos pacientes ya hay otras formas de contactar con ellos y darles información sobre SALUD.
Es cierto que en la Atención Primaria es hoy mucho más sencillo crecer en Enfermería y en personal Administrativo y muy complejo crecer en Medicina de AP por falta de personal. Ese es el reto a superar, sobre todo con más reconocimiento a los profesionales de AP en todos los aspectos, lo que sin duda simplemente llevaría también a un crecimiento en los nuevos profesionales estudiantes que optarían por la AP en vez de por otros caminos dentro de la Sanidad.
Es verdad que hay todavía un gran número de pacientes de edad avanzada que no podrían ser bien atendidos con estos sistemas. Pero para otro gran número de pacientes esto simplifica las visitas, las dota de más rapidez y eficacia y sirve para que si el motivo sea urgente, importante o necesite una visita presencial, se opte a ella.
Puede parecer un tiempo de trabajo mayor para los médicos, pero en los casos en que se está poniendo en funcionamiento no es cierto, sino al revés. La carga de los profesionales se llena a través de un excesivo número de pacientes al día, y un excesivo número de trámites burocráticos que les bloquean cada jornada.
En los primeros años este sistema tendrá el problema de tener que diferenciar pacientes por su tipo de atención, algo que se debe hacer lentamente e incluso planteando ya médicos que se acojan a este procedimiento y otros que no se acojan a él. Y que los pacientes elijan facultativo.
No es admisible tener a los pacientes esperando en las salas de espera de la consulta una hora antes de ser atendido, rodeados de otros pacientes que en teoría también están enfermos, con la pérdida de horas de trabajo y el riesgo que eso lleva para todos los presentes en el Sistema.
Y tampoco es admisible utilizar tiempos en Atención Primaria para algunas molestias menores o presuntas enfermedades todavía no declaradas pero con cifras rayando los límites, sin utilizar antes toda la carga de incidir en cuidar la Salud de forma auto responsable, de utilizar la Farmacia como elementos de apoyo para algunos análisis leves, de no caer en la prevención excesiva a base de química y consultas programadas, cuando gran parte de ellas se deben hacer por Redes Sociales.
Por poner un ejemplo. Si muchos de nosotros somos capaces de ir una vez cada dos meses a un restaurante, también deberíamos ser capaces de tener en casa un tensiómetro y una báscula. Y evitar las visitas programadas a Enfermería para tomar la tensión, pesar al paciente y preguntarle qué tal va. Hoy para la mayoría de estos pacientes ya hay otras formas de contactar con ellos y darles información sobre SALUD.
Es cierto que en la Atención Primaria es hoy mucho más sencillo crecer en Enfermería y en personal Administrativo y muy complejo crecer en Medicina de AP por falta de personal. Ese es el reto a superar, sobre todo con más reconocimiento a los profesionales de AP en todos los aspectos, lo que sin duda simplemente llevaría también a un crecimiento en los nuevos profesionales estudiantes que optarían por la AP en vez de por otros caminos dentro de la Sanidad.
Julio Puente Mateo (Ajovin)