Parece complejo entender que en la Fase 2 de esta España pandémica y extraña ya se pueden hacer corridas de toros con 400 espectadores y en la Fase 3 con 800 personas viendo el espectáculode la muerte, pero no seamos capaces de articular con la misma capacidad social el abrir los colegios, las universidades, los espacios de cultura al aire libre.
Yo no pienso criticar a casi nadie, faltaría más, me he vuelto muy bueno en las últimas semanas y ahora me dedico a otros menesteres mucho más simpáticos que la política del enfrentamiento, que yo ya sé a dónde nos va a llevar como no salga alguien con sentido común a parar este sinsentido. Lo de las mascarillas es nada con lo que tendremos que sufrir.
Pero seguir con los colegios cerrados mientras abrimos las discotecas pero sin bailar (ja ja ja) y todos los bares de copas hasta las noches oscuras… es de premio, será algo que con los años, con los que me quedan por vivir, se irá recordando de vez en cuando.
¿Ha decidido España que los colegios no requieren una atención normal, básica o si fuera necesario una especial?
Tener a los jóvenes desde marzo a septiembre sin acudir a los colegios y universidades es lograr que pierdan su estado de concentración, de trabajo, de horario, de tareas fijas, de aprender.
¿Para qué sirve el colegio?
Donde esté una buena discoteca o una plaza de toros, lo demás sobra. Por cierto, la próxima semana empieza el fútbol y son cada vez más los que reclaman que se haga con público aunque sea poco. Je je je. ¡¡Uff!!