Pero si además alguna gente pequeña logra hacer grandes cosas todo sería más sencillo.
Incluso si alguna pequeña gente no estuviera tocando los cojones —con perdón— y fastidiando el trabajo de los demás…, todo se podría realizar sin tanto sufrimiento y de forma más rápida.
No es poesía, pero es verdad.
Tenemos que ser capaces de sembrar de poesía el mundo.
Pero de vez en cuando, dar algún zapatazo sobre la mesa.