En España las Fiestas Patronales son sagradas, como lo son el bar, la fiesta nocturna, los horarios absurdos, el vivir al día y el creer que esforzarse en una pérdida de energía.
Así que la Cultura está mal vista, pues muchos piensan que no sirve para nada. Si acaso el cine y para ver películas violentas o para meter mano si se tercia. ¿Aspiramos a algo más que a sobrevivir como sociedad? Sin duda muchos dirán que sobrevivir ya es un éxito.
España ha sido en su historia un país de grandes liderazgos culturales y artísticos. Y ni lo queremos saber ni nos importa un pito.
Así que ahora estamos dominados por los chinos y los americanos, no queremos saber qué es la Cultura o la Historia, nos aburre el Arte incluso el teatral, y queremos que nos den todo mascado y a ser posible ya casi digerido.
El Arte y la Cultura es pensamiento, es comprensión, es entendimiento de algo que no está contigo. No tiene que ser aburrida sino al contrario. Ni tiene que ser un esfuerzo mental sino un ocio para la mente en vez de para el estómago.
Cada vez que observo en alguna visita un hogar familiar sin libros me preguntó si los niños tendrán el mismo futuro laboral y vital que el resto de niños. Cada vez que veo un museo vacío, una exposición sin personas mientras contemplo a 35.000 llenando un deporte de balón, me preguntó en qué nos estamos equivocando.
No propongo —en absoluto— ni restar valor a los 35.000 ni hacer discriminación positiva a la cultura —que tampoco estaría mal— sino que asumamos cada uno de nosotros qué queremos ser de mayores, es decir, qué queremos dejar para los niños.