Estamos en el 2020, han pasado casi 45 años de entonces y ahora estamos peor que entonces. Y en estos 45 años nadie ha tenido arrestos para hacer lo que se pide que se debería haber hecho en 1975. Es una forma de admitir que los que critican ni entonces vivían, ni tan siquiera conocen qué tipo de sociedad y de poderes seguían escondidos entre todos nosotros.
Los Batallones de extrema derecha, los que desfilaban a miles por las calles de Madrid cuando les salía del toto, en formación y vestidos de azul, ya con el Dictador muerto, mataban a estudiantes y daban palizas o amenazaban desde los periódicos que se vendían a puñados, a los políticos democráticos. Te podían pegar por llevar el diario El País en la mano.
Pero ahora en el 2020 yo no entiendo que en vez de criticar lo que NO se logró hacer en los años 70, no se pongan a intentarlo. Como tampoco se entiende que no critiquen… el no haberlo hecho en 1990, o en el 2000.
Hay tiempo, adelante, a empezar esos cambios que tan solo se critican en abstracto, sin saber qué tipo de sociedad había en 1975 y los arrestos que se pusieron encima de la mesa para lograr unas condiciones laborales que hoy hemos perdido.
Entonces se hablaba MUCHO más de pobreza, de luchas de clases, de sindicalismo, de derechos laborales, de autogestión, de servicios públicos.
Ahora nos han jodido la Sanidad Pública tras unos recortes en esta década y nos quejamos con sordina. ¿También lo que se está perdiendo de dignidad laboral es culpa de lo que no se hizo en el año 1975? ¿Y entonces qué esperan los actuales jóvenes, seguir viviendo de lo que NO hicimos los viejicos que ahora nos dejan morir en las Residencias de Mayores, sin poder ir a los Hospitales Públicos?
En el dibujo de Máximo de 1978, ya se advierte que nada había cambiado, que solo el cartel parecía anunciar que se había pasado desde la Dictadura a la Democracia. No nos engañaron. Pero lo conseguido fue mejor que lo que hoy tenemos. Y simplemente hay que decirlo.