No me da igual, pero es el síntoma de una sociedad equivocada en la que todos tenemos culpa. Existen porque los alentamos y además ahora los publicitamos con nocturnidad. Desobedecen porque pueden y quieren.
Mientras tanto los que no podemos ir de yates a emborracharnos por precios casi prohibitivos, sufrimos el confinamiento con más envidia si cabe. Pero somos los responsables de construir esta sociedad.
Si tras todo esto no explotamos como sociedad, es que hay campo libre para seguir jodiéndonos durante otro puñado de siglos. ¿Quién contra quién?