No es posible implantar una organización política en ningún territorio (pequeño o grande) si no está cohesionada toda ella con ideas conjuntas y equipos suficientes para el espacio geográfico y social que se desea ocupar. Si además, dentro de cada espacio social y de cercanía, van surgiendo grupos de presión propios y muchas veces de incluso división, el derribo está asegurado.
Saber que es necesario nacer, que tus ideas son buenas y que se cuenta con equipos muy válidos… no es suficiente aunque sea imprescindible.
Desde el nacimiento de Podemos hace seis años (parece un siglo) ha sido tanta la velocidad de transmisión que ha sufrido (hago bien eligiendo sufrir) que lo lógico es caer rendido y enfermo en un periodo tan corto. Nada se puede asentar en tan pocos meses, pero en cambio casi todo puede (suele) morir en los siete primeros años de vida.
El nacimiento si se acelera suele traer bebés inmaduros, capaces de estar equivocándose constantemente. La propia dinámica del crecimiento excesivamente rápido lleva consigo excesivas peleas, demasiadas pérdidas de personas importantes, de equipos válidos, de ideas sin asentar que se disfrazan.
Hoy Podemos si quieren que siga vivo debe parar la pelota, bajarse del terreno de juego y refrescar la organización con una buena ducha fría. Y si para ello debe abandonar el Gobierno en cuanto pueda, tal vez sea una de las primeras decisiones interesantes de este periodo.
Cuando en el año 2011 se gestó y nació el Movimiento 15-M había una necesidad clara y contundente de otro tipo de política. Hoy, solo nueve años después, la sociedad se ha comido crudo ese Movimiento y todas sus expectativas; ha vuelto al periodo anterior o a la casilla de salida, y quiere volver abrazar el Bipartidismo y si acaso las ideas y los cuadros que representan años de trabajo en su interior.
Tal vez para triunfar de nuevo, haya que hacer como el BNG, retirarse o permitir que te retiren, saben rediseñar todo el tablero con piezas nuevas, y volver a presentarte desde abajo, sabiendo que la necesidad de tu existencia nadie la está cubriendo. Y sin duda, esperar a los errores "de los otros" que como la torpeza está asentada entre todos nosotros, sin duda llegarán.