Pivotando sobre 1956, un año especial para mi, voy a intentar mostrar miradas de los años 50 y 60 buscando esa posibilidad tonta de ir un poco más allá del olvido, no sé si para no olvidar o simplemente pare recordar o para conocer. Depende de las edades de los lectores.
Los años 50 nacen tras una II Guerra Mundial que deja al mundo herido y pobre. En España la pobreza dura más pues a nosotros las cosas malas siempre empiezan antes y terminan más tardes. Está escrito no sabemos bien dónde.
Los años 60 quieren ser ya la nueva normalidad en el mundo, la riqueza repartida, las novedades que quieren conducir a la felicidad para olvidar. Y en España como ya decía antes, eso tarda más y viene más lentamente, para no cogerle gusto a los cambios.
Los primeros años 70 representan en España el deseo, la ventana que se quiere abrir y que espera a que se muera en la cama la Dictadura. Pero también en el mundo suponen la preparación poco a poco hacia el final de siglo, hacia la modernidad, hacia el futuro.
Pensaba terminar mi límite temporal el uno de enero de 1976, esa entrada al futuro sobre todo en España ya sin dictador, y que visualmente ya tiene mucho más color, nuevos personajes y nuevas historia nuevas. Por eso allí me tenía que frenar antes de entrar en la Transición, pues de ella se ha hablado mucho y bien y lo pensaba dejar para otro intento.
Pero luego he rectificado y creo que es mejor ampliar mis miradas hasta el año 2000, hasta la finalización del siglo XX, ya tan lejano. Todo marcha a una excesiva velocidad.