La mini serie colombiana de Netflix "El robo del siglo" refleja claramente como la pobreza mental, incluso la mediocridad, la tontería y la delincuencia mal organizada puede triunfar si alrededor hay más pobreza mental, más mediocridad, personas más incapaces todavía. Corrupción y sensación de que casi todo es posible lograrlo a poco que le pongas pasión. Pero lograr algo no significa que lo poseas, que lo disfrutes, que te sirva lo que al final consigues.
Es una serie de ficción basada en hechos reales que resulta muy entretenida pero sobre todo es una película de cuatro horas rápidas, de personajes, de dramas humanos que luchan por nada, por la vida, por la muerte, por todo lo que significa intentar salir de sus actuales situaciones. Una película de pobreza, de mentiras, de dolor y poca sangre, donde lo de menos es el dinero.
Considerado el mayor robo (todavía) de dinero en billetes del mundo en el año 1994 asaltaron el Banco de la República de Colombia en Valledupar. Se llevaron más de 24.000 millones de pesos colombianos en billetes grandes.
La serie no es totalmente fiel a la realidad de aquel robo pero se le parece bastante, y sobre todo nos muestra unas realidades personales que conjugan muy bien las distintas personalidad de los que se caen en las trampas de la delincuencia y de los errores más típicos de los equipos de trabajo más cutres y por ello con peores posibilidades.
Por cierto, una serie en colombiano que es mucho más compleja de seguir de lo que parece, pues los tonos, dejes o palabras distintas al castellano da un toque de sinceridad a costa de perderte alguna frase rápida.