Es increíble el daño institucional que ha producido una mala gestión del exilio de Juan Carlos I. Parecemos un país anclado en principios del siglo XX y sin capacidad de entender lo que supone la comunicación política y social para que un país funcione bien.
Excepto que a la hora de comunicar vengamos ya de casa asumidos que la sociedad no merece más respeto, mejores maneras de informar, de comunicar. Que yo creo, es lo que está sucediendo. Los españoles tenemos derecho a saber de qué manera se está escribiendo la historia.
Nadie dice saber dónde se escondo Juan Carlos I, lo cual es grave en boca del Presidente del Gobierno de España, pues además de ser Juan Carlos I un español es una figura histórica pues saldrá en los libros de texto.
Fue Rey por que así lo quisimos los españoles y por nacer Borbón, luego… parecería lógico que los mismos españoles supieran algo más de su final en España, ya que nunca nos han dicho (y lo sabían muchos) qué hacía en su pasado, dentro y fuera de España.
¿Y ahora incluso el Gobierno coincide en no querernos decir dónde se encuentra? ¿Tal vez sea peor saberlo que no saberlo?
Pero además es que Juan Carlos I y la Casa Real no dedica ni una sola palabra a la sociedad española en su comunicado de exilio. Ni una aclaración, ni una frase dirigiéndose a los españoles que siempre hemos estado en silencio, ni un acto de penitencia o de contrición, ni un "pagaré lo que no pagué". Nada. Ni tan siquiera un decir "soy inocente y lo voy a demostrar".
España sale perdiendo con estos comportamientos, pues sin duda además de a los españoles, estos asuntos tan turbios afectan a la imagen de España en el mundo, y nada sale gratis. Se pagará y con intereses de demora.