Viendo una película del año 1973, hace 47 años, escucho a un protagonista decir que la juventud actual, la de ese año, sobre todo la universitaria, no tiene ganas de trabajar, no hace nada, no quiere conquistar el mundo ni el futuro.
Hoy todos aquellos jóvenes que aparentaban ser unos vagos estamos ya jubilados o casi. Y hemos llevado al mundo hasta este lugar actual. Cabe preguntarnos si efectivamente éramos unos vagos, pero lo que sí es cierto es que hoy en el 2020 seguimos escuchando las mismas exclamaciones hacia los jóvenes actuales.
Es posible que siempre deseemos que los que vienen detrás empujen más, o también puede ser que los veamos peores de lo que son para que no se nos coman.
Hay posiblemente un clásico Complejo de Edipo escondido dentro de esas sensaciones, pero al revés, en modo de defensa de lo que nos imaginamos inevitable: que los jóvenes nos sustituyan. Es lo lógico, pero también lo es criticar lo que no nos gusta que suceda.