Esta octavilla se lanzaba sobre Asturias en plena Guerra Civil española, para convencer a los asturianos de que se rindieran y depusieran su lucha contra el Bando Nacional. Es un ejemplo aunque esté fuera de los años que aquí analizamos de que en las guerras, en todas, la verdad se destruye para dejar paso a la mentira y a la manipulación populista.
Las propagandas de todos los sectores siempre afinan a la hora de llegar a los sentimientos, y nada como personalizar los mensajes. Este es un claro ejemplo bien realizado en el año 1937 que demuestra que siempre es igual, que siempre se intenta llegar al corazón, a la razón, aunque para ello haya que utilizar manipulaciones o callar lo que no interesa decir.