Serafín era viñetista muy conocido sobre todo por su personaje de La Marquesa, que representaba a una señora gruesa de los nervios, mandona y carca, religiosa y representante de todo lo antiguo que se puedo uno imaginar. Pero era también una crítica hacia la dictadura representada por este tipo de personajes encubiertos. Como no se podían meter en los años 50 contra los poderes, se matían contra una imaginaria Marquesa que representaba el Poder. Y colaba ante la Censura.
En otra ocasión sacaremos a La Marquesa del armario, pero ahora nos hemos centrado más en las sociedades con poco espíritu crítico, que tenían que soportar todo.