Cada uno de nosotros somos lo que somos. Parece obvio pero nos cuesta aceptarlo. No podemos cambiar, aunque sí podemos mejorar, aceptarnos, lograr que nos acepten mejor, entendernos y querernos. Pero cambiar, aunque creamos lo contrario, es imposible. Nuestra sombra siempre nos seguirá, así que aceptemos su forma.
Ya tenemos encima una mochila acumulada con nuestras experiencia vitales. Y esa está incrustada. Podemos pulirla o mirarla desde otro punto de vista. pero poco más. Nos reímos y lloramos con lo que nos hemos programado. Otras personas se ríen o lloran con otros temas, otras visiones de la vida. Y ni ellos pueden cambiar ni tampoco nosotros.
Podemos mejorar las expectativas, modificar hábitos, pero siempre admitiendo que somos lo que somos y que incluso la propia vida nos irá modificando, para lo que deberemos estar muy atentos.
Debes estar orgulloso de lo que eres, mujer u hombre, mayor o adolescente, indio o americano, alto o grueso, con acento inglés o chino. Tienes una educación ya definida y en ella lo importante no es las matemáticas o la Geografía, sino la filosofía de vida que sin querer has ido sumando.
No te engañes, sé sincero contigo y acéptate. Mejor o modifica algunos aspectos, pero no intentes cambiar del todo pues es imposible y te frustrarás. Tu cultura es mucho más que saber quien fue Goya, sobre todo es recordar tus años anteriores y ponerlos en valor positivo.