Dicen que podemos podemos estar enmarcados en el mundo laboral dentro de cuatro opciones claramente diferenciadas.
1/ Un Brillante Trabajador, Activo y Perfecto
2/ Un Brillante Vago, que se sabe escapar de los riesgos máximos y siempre es el Clásico Número 2
3/ Un Tonto Trabajador, Obediente y que no quiere Riesgos
4/ Un Tonto Vago que actúa por Inercia y Obedece para Sobrevivir
Ante estas cuatro divisiones tan brutales nos queda poco margen para elegir. Todos deseamos ser encuadrados entre el 1 y el 2.
Pero la realidad es que hay un 25% de personas que se tienen que enmarcar en cada apartado. Si todos los queremos colocar entre los dos primeros… nos estamos engañando.
Es decir, empezamos por ello a colocarnos sin darnos mucha cuenta entre los grupos 3 y 4 pues no sopos capaces de conocermos bien.
Lo curioso es que nadie dice, yo no he dicho, qué grupo es el de los Felices, el de los Válidos y Excelentes Personas.
Nos hemos imaginado que están en los dos primeros grupos. Y eso ya de por si, es positivo.
Sabemos dónde hay que estar, donde es mejor quedar encuadrados. ¿Queremos pelear por estar de verdad allí, porque nos consideren los demás… que somos de los dos primeros grupos?
Porque estar en un grupo o en otro no depende de nosotros, sino de cómo nos ven los que deben elegir y seleccionar.
No sirve de mucho creer que pertenecemos a un grupo o a otro. Se trata en casi todos los casos de lo que creen los que nos tienen que elegir en nuestros trabajos.