Es imposible hablar de literatura en positivo, sin recordar a Elvira Lindo y su saga de Manolito Gafotas y a Editorial Alfaguara que los publicaron. Era humor positivo, simple pero familiar, reconocible y amable.
Pero también hay que recordar a su ilustrador, el que supo poner la primera cara a Manolito Gafotas, al madrileño Emilio Urberuaga, que es el único ilustrador español cuya obra está representada en el Chihiro Art Museum de Tokio, el mayor espacio museístico que cuenta la historia de las ilustraciones de libros ilustrados infantiles. La obra de Emilio Urberuega está en numerosos museos españoles.