No es no. Y es muy sencillo de entender


No me duelen los golpes, y no me duelen porque nunca, por suerte, me los dieron. 

Pero me duele el alma, me duelen sus insultos, sus faltas de respeto. Me duele todo aquello que prometías y no cumplías.

Y aquellos tacones de aguja que no quería llevar, aún me provocan rozaduras en los talones.

Me duelen tus palabras machistas, menospreciando a todas las mujeres, tratándonos como objetos o esclavas.

Me duele y me queda el miedo, pues tardé tiempo en pensar que no toda la especie era como él, y aún puedo decir que tengo cierto respeto a la noche, a la soledad, a las voces.

No me duelen solo los golpes, ¡NO!, me duelen los cuerpos desnudos, visto como juguetes, humillados por hombres, me hacen heridas los celos, el control de la vida de una mujer. 

Violencia de género no son sólo las palizas. 

Antes de todo eso hay muchas señales que no se ven o no queremos ver, que nos pueden parecer normales. 

Pero no es normal que nos digan qué llevar puesto, que nos dejen en ridículo que nos controlen con quien hablamos, donde estamos, y que a veces las mujeres seamos juguetes en manos de hombres que piensan que solo les podemos servir para pasar un rato y tener hijos. 

Por las que se fueron, por las que lucharon y luchan, por todas y sin duda por los hombres que apoyan esta causa.  

NO, ES NO.


Laura Puente Ajovín