Ya sé que podría estar feo en estos tiempos hacer chistes fáciles sobre algunos temas que antes se utilizaban para el humor a veces con poco respeto y mal gusto y ahora como nos hemos ido al otro lado del barco nos los cogemos con pinzas. Son modas pasajeras.
Hacer chistes sobre la homosexualidad puede que preocupe a mentes excelentes, pero no ataca en nada una realidad cada vez más normalizada y común. En unos años hablar de esto será tanto como hacerlo de los carpinteros, de los de Soria o de las enfermeras. ¿Se puede decir enfermeras sin faltar al respeto? Quino nos hace un chiste, y punto.