Hay tres motivaciones fundamentales por las que se mueve el mundo, ya que las tres están en posesión casi exclusiva de los que gobiernan nuestras vidas. Es increíble que estas tres motivaciones sean las que efectivamente muevan el mundo aunque no sean las más importantes. El Poder, el Dinero y la Codicia en querer tener más y más cada vez.
Veía el otro día en la tele el caso de una familia que creyendo tener dinero todo giraba en su alrededor, aunque si eran noticia era por sus deudas. Casi todos los deudores grandes son de los que más ingresos generan, pero "Tener" tiene que ir acompañado de "Saber gestionar".
Quien se acerca al Poder o al Dinero enseguida cae prendado de su idiotez y quiere más y más hasta lograr la Codicia casi como enfermedad.
Es lo más tonto que se puede ser. Incluso se llega a robar lo que es imposible gastarse. ¿Cuánto dinero necesitas para vivir maravillosamente todo el reto de tu vida? Pues en realidad mucho menos de lo que imaginas. Pero nos ponemos a pensar en multiplicarlo como si el dinero se hubiera inventado para eso, cuando en realidad se inventó para cambiar cosas, para gastárselo en otras cosas.
Quien tiene Dinero cree tener poder. Y quien tiene Poder cree que debería tener Dinero y que si no lo tiene debe buscarlo como sea.
Pero el Poder al que aspiran no es el de disfrutar de lo gratuito, de la vida propia y de la de los demás. No buscan un aire limpio o un pasear por la orilla del mar o disfrutar de crear o de ver lo que otros han creado. El Poder que desea tener el que ve el Poder de cerca es el de mandar sobre otras personas. Quien aspira a tener poder lo que en realidad quiere es poder mandar sobre personas, no sobre sí mismo ni sobre sus posibilidades o sus aspiraciones. Queremos tener a personas que nos obedezcan, a esclavos modernos.
Y sí, tenéis razón, he dejado el sexo sin nombrar, de eso ya hablaré otro día.