La publicidad puede ser buena y necesaria aunque la contemplemos casi siempre como una forma de incluso manipulación para obligarnos a consumir. Pero la publicidad se necesita para incluso abaratar los productos, aunque nos creamos todo lo contrario, pues lo básico es pensar que la publicidad encarece los productos que consumimos ya que su alto coste repercute en el precio final de compra.
Una publicidad buena es muy buena para un producto.
Una publicidad mala es nefasta para la empresa más que para el producto.
No toda la publicidad es la que se anuncia, la que sale en anuncios de televisión. Una mala noticia es publicidad. El boca a o boca de los clientes es publicidad. Que comparen tu producto con el de la competencia tanto en precio como en calidad es publicidad. Así que normalmente, la publicidad negativa es una publicidad que no le cuesta nada a quien la sufre, es gratis.
Si no se hiciera publicidad de algunos productos, su coste unitario sería muy elevado pues se compraría mucho menos, se consumiría por un mercado muy disminuido. No odies toda la publicidad sin analizar qué representa al producto y a su forma de comercialización.
La única manera de que los productos tengan un precio más ajustado (excepto que los subvencionen) es que se vendan mucho, tanto como que su coste de producción y comercialización sean muy bajo y deje mucho margen comercial a la hora de la venta.
Hay productos muy conocidos por todos que dejan un margen pequeño y deben basarse en la fidelidad del cliente, en poca publicidad y muy bien elegida por sus costes y que necesitan un proceso de venta bastante distinto al habitual, para que esos márgenes comerciales se optimicen. Uno de ellos es la publicidad indirecta que ofrece a las tiendas comerciales el hecho de que en ellas se vendan estos productos.
Es cierto que hay productos donde TODO es publicidad, lo que no indica que la publicidad sea todo.
Un ejemplo lo podemos tener en los perfumes. La caja de diseño, el frasco de diseño, la marca aupada por algún famoso, el martilleo constante en fechas muy señaladas es lo que aupa a estos productos. Son ellos los que utilizan la publicidad para SER ALGO. Son marcas además que no son fabricantes de perfumes, sino comercializadores de perfumes que fabrican decenas de marcas para ellos mismos.
Este uso de la publicidad para productos vacíos es una utilización de la publicidad ajena al mercado publicitario constante, ese que añade cantidad de venta y facilita que un producto tenga una gran productividad capaz de abaratarlo.
Si se abre una empresa, si se lanza un producto, es necesaria la publicidad adaptada a la realidad del mercado al que vas a presentarte, pues debemos reconocer que tu producto o servicio nuevo llega a un espacio comercial o productivo donde ya todos tus posibles clientes están servidos.
Para abrirte espacio propio, lo primero es que te conozcan, luego que te reconozcan y después que te comparen y decidan que eres mejor en algo.