La escalada de infecciones se nota en toda España. Se notan ya los efectos de las desobediencias de NOCHEVIEJA y el nulo respeto a los llamamientos que se hicieron para que no hubiera reuniones sociales. No es mucho lo que se puede hacer si en un país somos incapaces de obedecer en lo más básico que además nos afecta a nuestra propia salud y a la de nuestros padres y abuelos.
¿Qué se puede esperar de unos ciudadanos así?
Detecto incluso un gran cansancio entre los dirigentes políticos, que no lo están haciendo bien, pero que sin duda estos números los destrozan pues se dan cuenta de que no sirve de nada los llamamientos que hacen.
A nivel mundial estamos en una situación similar con los 800.000 contagiados al día en al menos dos ocasiones de la semana pasada. Hemos superados los 90 millones de contagios declarados en todo el mundo y en esta semana alcanzaremos los dos millones de fallecidos declarados.
Y seguimos sin hacer el caso necesario.
Y a su vez en España la vacunación va muy lenta y no tiene sensación de que vaya a modificarse los métodos de vacunación, no sé bien si por incapacidad de gestión o por otros motivos que desconozco.