Hay muchas formas de tomarle el pulso a la sociedad. Hay un Departamento Universitario zaragozano que sabe con tres días de anticipación de qué manera van a subir los contagios del COVID-19 analizando las búsquedas de Google en temas claves a nivel mundial. Curiosamente sucede como con los análisis de las cacas que se nos van a la depuradora, que funcionan los datos indirectos de una forma puntual y más exacta que preguntando a las personas.
Al final los sondeos de intención de voto los clavarán quien sepa analizar qué tipo de whisky compran los de derechas y los de izquierdas y mirar la facturación del Alcampo.
Así que hoy en Zaragoza la conversación de pulsación segundera es: ¿Sabes si nos van a confinar en el domicilio por el agravamiento de la pandemia?
Lo curioso es que los bulos dicen hora, formas, hasta cuándo, a partir de cuándo?… mientras que los máximos políticos de Aragón disimulan cuando sus colegas les preguntan por los pasillos. NO pero en voz seca, como dejando un… ¡¡¡Y yo qué sé!!!
Como es lógico me han llegado consultas sobre el tema y a todos los digo lo mismo. —Ni idea tú, pero están mirando no ya el número de contagios sino la bajada del PIB que supondría confinar 15 días a la población. ¿De verdad serviría confinar a medias, cuando ya todos estamos cansados de obedecer?
Así que en plena subida estamos esperando como sobre ascuas calentitas a que nos pongan sardinas o longanizas. Las medidas actuales no sirven, porque no hemos querido obedecer cuando se nos dijo que las Navidades había que mirarlas desde lejos. Y ahora estamos jodidos y esperando como decía en otro texto, si esto es agosto o noviembre. Y eso lo veremos el próximo martes. ¿Sabremos esperar o a partir del lunes volveremos a las mazmorras?