No debemos olvidar nunca los motivos por los que comienzan poco a poco y sin que casi nadie se dé cuenta, los conflictos más importantes en la historia de los países, de las sociedades. Siempre es poco a poco, siempre es cosa "de otros" y la inmensa mayoría de la sociedad puede permanecer al margen pues parece que no va con ellos. Siempre además, cuando estalla de verdad el conflicto, toda la violencia va contra todos. Más contra la personas pacíficas, anónimas, que nunca había movido un dedo por ninguna causa.
La mayoría de los muertos en las guerras son civiles. El destrozo siempre se hace contra las ciudades. El horror y el sufrimiento siempre ataca más cuanto más grande es una sociedad. Y nunca —dicen— nadie se había dado cuenta.
Este cartel es del año 1937, cuando ya no había remedio para parar la Guerra Civil en España, cuando ya todos los españoles íbamos a perder la Guerra. Es un cartel de la Asociación Internacional de los Trabajadores, una de las partes anarquistas que defendían las República al margen de los políticos de la misma República. Unos se apoderan de los otros, y los que sufren siempre son otros.
El cartel no tiene desperdicio aunque hay que entenderlo en un ambiente de guerra. Trabajadores con armas, patíbulos con personas ahorcadas, fábricas desde donde emanaban los obreros para defender con Acción Directa contra el Estado y el Capitalismo.
¿Estamos seguros de que en un conflicto sabemos todos diferenciar por razones?
¿Lo sabemos hacer hoy mismo en la España de 2021 entre violentos y pacíficos?
Cuidado con los errores que aparentan ser fáciles, sencillos, sin importancia, pues las violencia siempre las cargan los demonios de las personas.