Me encanta meterme en barros de escritura, y sé que para nada, pues nadie lo leerá nunca. Excepto que los publique en un blog y que así los lee alguna persona tan loca como yo. Pero la escritura me tiene como atrapado levemente, como un pequeño vicio, como un desahogo para vaciarme. Y que soportan mis pocos lectores de forma estoicamente. Yo escribo para ellos, y ellos me leen para mi. Y todo sin conocernos. Amabilidad compartida.
Dicen que toda escritura tiene que tener sabor, contenido, pues el lector te entrega unos segundos y quiere algo a cambio. Así que una pequeña reflexión.
¿Hasta cuánto y cuándo somos capaces de aguantar el vivir semi confinados y con un futuro cada vez con más nubes grises?
¿Pueden servirnos para compensar los pequeños vicios personales para al menos engañarnos un poco?