Hay personas que piensan que la depresión es —por decirlo de un modo fino— algo inventado o amplificado por el enfermo, o bien piensan que quien la padece está fingiendo o se la inventa para llamar la atención o simplemente amplifica sus molestias para lograr algunos objetivos particulares. Tremendos errores que hay que rectificar casi con urgencia.
Este comportamiento de los que rodean al enfermo le hace mucho daño, pues además de ser una enfermedad y seria, a ojos de la persona que la padece la convierte en algo a lo que no hay que prestarle mucha atención.
Debemos echar un vistazo a la imagen que se adjunta arriba, para que quien piense que vivir deprimido/a es una opción, o que se cura de un día para otro, o que "dice que está cansado/a, porque no quiere hacer nada"…, no lo dice porque quiere, lo expresa porque se encuentra mal, porque no se siente con fuerzas, porque su cuerpo está sufriendo trastornos reales que muchas veces ni el propio enfermo los entiende.
Y lo último que necesita una persona así es que no le crean, que duden de lo que dice.
Debemos echar un vistazo a la imagen que se adjunta arriba, para que quien piense que vivir deprimido/a es una opción, o que se cura de un día para otro, o que "dice que está cansado/a, porque no quiere hacer nada"…, no lo dice porque quiere, lo expresa porque se encuentra mal, porque no se siente con fuerzas, porque su cuerpo está sufriendo trastornos reales que muchas veces ni el propio enfermo los entiende.
Y lo último que necesita una persona así es que no le crean, que duden de lo que dice.
En todo caso, hay que ser comprensivo, intentar animarle y estar a su lado si lo necesita. Esto último no siempre es así pues hay personas con depresión que prefieren estar solos, pero no en todos los casos es así.
Siempre hay que consultar con profesionales para comprender la enfermedad y tratarla, pues tiene un tratamiento que aunque sea largo, a veces muy largo, funciona.
Laura P. Puente Ajovín