¿Manipulamos las pizarras para que digan lo que nosotros queremos?
Es cierto, lo que nosotros decimos, lo que pensamos, lo vamos modulando, a veces de forma inoportuna, para manipular incluso. El papel todo lo aguanta, si lo escribimos nosotros. Las pizarras aguantan en su sitio mientras no están escritas por nosotros. En cuanto las contaminamos con ideas absurdas, todo se quiere hundir. Estamos un poco tontos. O eso parece.