Me encanta mi desorden, es como vivir rodeado de lo que tengo dentro de mi cabeza, todo un lío perfectamente organizado. Me gusta el barullo pacífico, el de asentar cosas bien ordenadas dentro del desorden total. Imposible de aclarar esto último.
No soportaría ver ahora un vaso en vez de dos encima de mi zona del teclado. Todas estas cosas que ahora observo alrededor mío excesivas sí, las tengo que quitar cuando toque hacerlo, que será luego o mas tarde, pero no cuando yo veo que sobra un vaso. Y mucho menos si me lo dicen desde fuera, eso ya es… ¡¡caca!!
Entre tener que levantarme para quitar uno de los vasos y seguir viéndolos sabiendo que es decisión mía, que yo los he dejado allí… elijo lo segundo. Por algo habrá sido.
Ya tocará el momento de retirar ese segundo vaso. Si me lo hubiera dejado otra persona allí… montaría en cólera buscando al responsable. Soy mas raro que un perro verde. Pero ojo, monto en cólera en silencio…, casi siempre.
Creo que debería retirar el segundo vaso. No me deja picar bien las Ñ ni las P y eso ya…