Ayer era el Día del Trabajo y junto a las manifestaciones confinadas surgió otra vez las reivindicaciones matizadas, muy apagadas como siempre sucede cuando (casi) gobierna MI izquierda, aunque los logros sean tan flojos que nos de vergüenza reconocerlo. Seguimos con las leyes laborales de los gobiernos del PP y ni ganas tenemos de cambiarlas, excepto cuando nos obligan a tener que decirlo en público.
Seamos sinceros, hoy el trabajo, sus condiciones, sus sueldos, el desempleo, la formación profesional y continua es mucho más indigna que hace varias décadas. Y nos auto engañamos con que no es el momento, o con Europa, o con la pandemia, o con el desempleo. Excusas de malos gestores.
Si algo es peor que antes, debería ser sencillo saber a qué debemos aspirar. No más, pero como poco a volver al punto de salida.
Los sindicatos se mueven entre su NO fuerza, su Gremialismo, su incapacidad y su dependencia de excesivos condicionantes. Así no hay futuro, o lo que parece peor, el futuro que hay todavía nos cuesta menos que el presente. Así que cuando vemos esta viñeta de Mingote, conservador y del ABC, a uno le entran ganas de sonreír y de pensar que tenía razón. No damos más de nosotros mismos. Una pena.