No des portazo al salir, pues no podrás volver a entrar


Una de las cosas que he ido aprendiendo con los años es que nunca hay que cerrarse las puertas en las que se está y se quiere salir, y mucho menos dar portazos al salir. La inmensa mayoría de las veces, entrar a un sitio cuesta mucho tiempo y dedicación, y es una mala idea salirte de un portazo, excepto que sea un portazo muy meditado y provocador.

Lo mejor es salir poco a poco, buscando la mejor puerta de salida y si es posible buscando recambio de otro espacio, mientras se sale del antiguo. 

Y recuerda que cambiar o encontrar nuevo espacio es mucho más sencillo si se está dentro de uno anterior que si se está fuera y recibiendo el aire de la calle. 

Todo el mundo teme al portazo, pero una vez que se da, todo el mundo que lo recibe se vuelve a la defensiva e intenta minimizar su impacto. Al Rey Muerto, siempre, Rey Puesto.