Nos quieren ordenar una jubilación a los 70 años, y a su vez no somos capaces de dar trabajo a los jóvenes y nos despiden a los 50 años de edad del trabajo por ser viejos y obsoletos. ¿Y eso cómo se encaja?
No saben desde el poder qué necesitamos para que esto funcione al menos lo menos mal posible, no saben engañarnos sin que se note mucho, detectan el empobrecimiento creciente de la sociedad pero no saben resolverla y dicen muchas tonterías que tampoco sirven de nada.
Es triste, pues los que pagarán estos problemas son los más jóvenes. Estamos en un siglo donde el trabajo es un bien escaso que deberíamos repartir mejor.