Las aglomeraciones son una Sopa de nuevos contagios de COVID


Cada vez es más complicado lograr defenderse contra la pandemia del COVID pues ya casi dos años desde su comienzo, la población está muy cansada pero sobre todo los profesionales de Sanidad en todas sus vertientes están agotados tanto de su trabajo como de los cambios, y las dudas.

Cada vez es más complicado lograr que se respeten los aislamientos si has sido persona de contacto directo. Y también es más difícil lograr datos reales de los contactos por unos rastreadores a los que no siempre se les respeta, no se les ofrecen los datos reales y se responde en muchos casos con evasivas.

Son ya siete las Comunidades que han solicitado otra vez la ayuda de rastreadores militares, entre ellas está Aragón con 20 militares que ayudan en esta tareas. Es cierto que los protocolos actuales no obligan a los contactos directos de una persona contagiada a realizar cuarentena excepto si es por la variante Ómicron, pero se les recomienda que eviten reuniones y actos masivos. Algo que parece insuficiente para evitar más contagios.

Con pocos contagios al día el trabajo de los rastreadores sirve para avisar a los contactos estrechos, pero en la medida en que aumentan y mucho los contagios su labor es imposible si no se le dota de más músculo. Los rastreadores detectan a veces en las llamadas que los confinamientos no se están cumpliendo, pero de nada sirve advertirlo, pues es una decisión de responsabilidad individual que no se quiere cumplir en muchos casos.

Una actualización en el protocolo para aquellos contactos que hayan estado a menos de dos metros, sin mascarilla y más de 15 minutos de una persona contagiada con variante ómicron, advierten de que sí deben guardar los diez días de cuarentena. Pero los niños y niñas menores de 12 años son, por el momento, el único grupo de población sin acceso a vacuna y en el que está aumentando en gran manera los contagios. Y, por lo tanto, si son contacto estrecho de un contagiado (adulto u otro niño), tienen también que aislarse.

Pero si importante es detectar los contactos estrechos, MUCHO MÁS es saber quién ha sido la persona que ha contagiado a cada nuevo contagiado. Detectar en dónde se ha iniciado el contagio para trabajar por delante y no por detrás del problema. 

¿Cómo se ha contagiado, por parte de qué otra persona que ha actuado de contagiador? La realidad actual nos dice que sobre un 33% de los contagios no es posible saber ni intuir dónde se han contagiado. En muchos casos por un rastreo de campo que fuera eficaz y no basado solo en una llamada telefónica.