Premio del SEPA a Enfermería, Farmacia, Microbiología, Higiene Buco dental y Atención Primaria del Sector II
Un grupo de investigación aragonés formado por un equipo multidisciplinar de Enfermería, Farmacia, Microbiología, Higiene Bucodental y Medicina de Atención Primaria del Sector II y del Hospital Clínico pusieron en marcha un ensayo clínico, con el objetivo de conocer la eficacia del cloruro de cetilpiridinio (CPC) en la disminución de la carga viral en pacientes COVID-19.
El estudio titulado “Ensayo clínico aleatorizado para valorar el impacto de la intervención oral con cloruro de cetilpiridinio para disminuir la carga viral del SARS-CoV2” ha ganado el primer Premio de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) 2021 a la Mejor Comunicación Formato Póster presentado por higienistas en la última edición del Congreso de la SEPA, celebrado en Sevilla del 25 al 27 de noviembre de este año, y se realizó en los centros de salud Seminario, San José y Sagasta de Zaragoza con pacientes de entre 18 y 80 años COVID-19 positivo con sintomatología. La única condición para participar en el estudio era que los pacientes no se hubieran enjuagado un mes antes con colutorios con CPC. El 99% de los pacientes a los que preguntaron quisieron participar en el estudio.
Rosa Tarragó Gil, higienista bucodental e investigadora principal de este ensayo, considera que la boca representa un potencial foco de infección del SARS-CoV2, por ser una puerta de entrada y de salida del virus. Por ello, el uso de CPC en colutorios podría ser útil para reducir la carga viral, y esto podría impactar en la reducción de la patogenicidad y transmisión de la COVID-19.
El CPC es un compuesto que poseen algunos enjuagues bucales y que actúa como antiséptico. Se ha demostrado que con estos enjuagues bucales con CPC se rompe el virus y, por tanto, se reduce la carga viral y, también, la transmisibilidad del virus SARS-CoV-2 en la boca del paciente COVID-19 positivo. El colutorio es una medida preventiva más para combatir esta pandemia, junto con la mascarilla y el distanciamiento social.
Los investigadores recogían en el propio centro de salud una muestra de saliva a los pacientes COVID-19 positivo tras haberles realizado la prueba que confirmaba su positividad. Luego, los pacientes debían enjuagarse con colutorio con CPC o con un placebo, aleatoriamente asignado, durante 1 minuto. Después, tenían que pasar 2 horas, en las que el paciente no podía ni comer ni beber, para luego recogerse otra muestra de saliva, esta vez ya aislados en su domicilio. Las muestras, que fueron examinadas con la colaboración del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, reflejaron que se reducía de forma estadísticamente significativa la capacidad de infección y la carga viral de ésta.