¿Quieres probar alguna actividad que te ayude en tu salud mental? Algunas son muy sencillas de hacer y todas son posibles de realizar hoy mismo. Vamos a repasarlas.
Lee un libro, del tipo que sea, que te guste. Y recuerda que empezar un libro no supone tener que acabarlo. Si no te gusta, puedes dejarlo y coger otro. Y quien dice un libro dice una película.
Haz ejercicio físico, en tu casa o en la calle, andando rápido con música en los casos, o paseando, haciendo natación en tu barrio o saliendo a correr a un parque cercano.
¿Te acuerdas de algún hobby que tenías hace unos años? Bien, ¿y si lo retomaras?
Tranquila, párate. Medita, habla contigo, relájate.
Escribe, lo que quieras. Locuras o sueños, ideas nuevas o un diario. Relata lo que se te esté pasnado ahora por la cabeza. Y luego con esos textos haz lo que te venga en gana. Los guardas o los tiras.
El sol, la luz, hace maravillas sobre el cuerpo. Sal a la naturaleza de tu entorno, y si no es posible, a un parque. Respira profundamente.
¿Tienes mascota? Son maravillosas. ¿No te atreves con un perro o un gato? Un simple pez o un canario o un hámster también ayudan y mucho.
Llama por teléfono a algún amigo, a alguien de tu familia, a alguien conocido.
No utilices tanto las Redes Sociales, vacías de contacto real. Piensa en que no es tan bueno soltar tus mierdas, como intercambiarlas. Dar y recibir, desde apoyo a palabras, desde abrazos a olores.
Aprende algo que nunca antes te podías imaginar que fueras capaz de hacer. Con dos narices, aprende algo totalmente diferente a lo habitual. Desde tocar la armónica a hacer ganchillo, desde ir a clases de teatro a ponerte a fotografiar alcantarillas, desde un curso de pastelería a aprender a pintar acrílico o acuarela.