La España de 1982, vista en "El Sustituto"


Ayer ví la película "El Sustituto" de Óscar Aibar, una muestra de la España que en los años del franquismo, del inicio de la Democracia y la Transición, todavía mantenía vínculos con los nazis europeos escapados de todos los países que se creyeron dueños de Europa, y que se escondieron en España a vivir con sus rapiñas en círculos cerrados con el amparo y la seguridad del propio gobierno dictatorial de España.

La película se sitúa en el año 1982 y se basa en hechos reales, reflejando lo que parecía suceder en Denia con un tardofranquismo que dominaba todos los espacios sociales de aquella España. la policía, los hospitales, los bares y restaurantes, el turismo o las empresas de construcción.

Aquellos nazis se movían (¿se siguen moviendo?) con total impunidad, capaces de controlar por las buenas o por las malas el mundo de la marginalidad y la droga, el de los desarrollos urbanísticos o el de la policía, sintiéndose los dueños de sus destinos aunque hubieran sido torturadores a niveles industriales.

Es una recreación de aquella España, de la que todos conservamos imágenes tremendas, como la de batallones de falangistas desfilando por Madrid varios años después de la muerte de Franco, o de la impunidad con la que ciertos personajes se seguían moviendo sin control por los poderes ya democráticos.

Cuando escucho o leo criticar los periodos de "La Transición" en España desde el punto de vista actual, me parecen torpes interpretaciones sesgadas de una realidad que no conocieron. Teníamos la decoración de Democracia, pero nunca se dejaron penetrar en los núcleos de poder escondido. Parecíamos una democracia, incluso parecíamos socialistas. Pero dentro seguíamos siendo un país de ladrones dictadores, pues no se pudo hacer otra cosa, un país lleno de militares, policías y amigos de estos entramados, que seguían controlando el país desde los núcleos reales del poder, incluso económico.