¿Y cómo va la pandemia de COVID en abril 2022?


Sí, es cierto llevamos tres semanas aumentando el número de contagios por Covid en Aragón, y ya hemos vuelto a la cifra de más de 200 casos por cada 100.000 habitantes a 7 días, que unido a que hemos cambiado la forma de contabilizar pues efectivamente, supone un crecimiento al menos sobre el que hay que prestar atención.

Personalmente no creo que sea efecto de las mascarillas en interiores, pues el aumento comenzó antes de quitar la obligatoriedad, y posiblemente sea efecto de la nueva variable y de una relajación en nuestros comportamientos sociales en interiores o en multitudes. 

La nueva variante llamada XE y que sustituye de alguna forma a las anteriores Omicron BA.2 que ya desplazó a la original Omicron que era la BA.1 es simplemente la constatación habitual de cómo se mueven los virus, modificándose. 

Incluso esta nueva variante no parece que tenga más peligro, aunque nos parezca que se contagia más, sobre todo por contagiar a personas que ya habían sufrido la Omicron original.

A veces nos hacemos nosotros mismos preguntas que nos generan tremendas dudas. La típica en estas semanas es la de China. 

¿Por qué en China con muchos menos casos que en Europa, que en España, confinan ciudades enteras de muchos millones de habitantes?

Si las enfermedades están más o menos controladas en su gravedad, si todos nosotros estamos mucho más vacunados que los chinos, sobre todo en edades avanzadas, simplemente tenemos que respondernos que la imagen del problema es totalmente distinta. 

¿Hasta qué punto podemos paralizar sociedades enteras y a qué precio posterior? 

La respuesta de quien desea confinar como posible solución ante la pandemia, es que la vida es lo más importante, y teniendo razón le diría que la vida se gana o se pierde, en todo o en parte, de muchas formas.

La Salud en una pandemia no trata o no debe tratar solo de un virus que mata, sino también de un virus que crea trastornos psicológicos y de convivencia, que crea pobreza extrema entre los que ya eran pobres, que crea abandono entre las personas mayores.

Personalmente creo que más grave que la propia muerte en la primavera de 2020 entre los ancianos, era la muerte en soledad, sin la compañía de la familia o de una mano que sujetara otra mano, sin un aliento o un diálogo. 

Una pandemia es mucho más que pelear desde el confinamiento contra un virus del que todavía no sabemos lo suficiente, pues lo que resulta complicado de admitir que la única solución que seamos capaces de darnos, sea encerrarnos en casa sin poder comprar o trabajar o ver a la familia y amigos. ¿Estamos dispuestos a eso? En China si.

Julio Puente