Nadie elige ser obeso. ¿Por qué somos obesos?


La experta genetista en obesidad Cecilia Lindgren nos advierte contra un error que muchos cometemos con la obesidad: “Basta con un exceso de 200 calorías al día para ganar tres kilos al año” La directora del Instituto de Macrodatos de la Universidad de Oxford habla en El País sobre las raíces genéticas del sobrepeso y combate “la idea errónea de que las personas obesas se atiborran de comida”, cuando simplemente comer algo de mas, supone ya una acumulación que en un año supone ganar varios kilos de peso.

Su equipo ha identificado multitud de variantes genéticas asociadas a una mayor predisposición para acumular grasa en diferentes partes del cuerpo. Sumados a otros factores ambientales, estos genes pueden determinar la aparición de unas cartucheras o de una buena “barriga cervecera”, explica la investigadora sueca Cecilia Lindgren.

Insiste Cecilia Lindgren en su entrevista sobre la obesidad y sus consecuencias. "Creo que nadie elige ser obeso. Los estudios genéticos nos dicen que la obesidad está regulada por la sensación de saciedad y de hambre. Vivimos en un ambiente con un exceso de calorías. Si tienes mucha más hambre y no te llenas cuando comes, vas a comer más a todas horas. Existe la idea errónea de que son personas que, simplemente, se sientan y se atiborran. Siempre se publican fotos de gente muy gorda comiendo cinco hamburguesas del McDonald’s, pero la verdad es que basta con comer un exceso de 200 calorías al día para ganar unos tres kilos al año. No parece mucho, pero si lo haces todos los años de repente estarás realmente gordo".

"Existen unas 3.000 variantes genéticas están asociadas a la obesidad. Hablamos de un gran efecto en muchas personas. Es importante subrayar que no somos víctimas de nuestro ADN, pero nacemos con una predisposición. Es fundamental que estas personas sepan por qué tienen que luchar tanto para mantener un peso saludable."

"Un ambiente obesogénico es aquel en el que hay comida por todas partes y a todas horas. Es comida no saludable y siempre al alcance de la mano, lo que significa que, si tienes hambre, simplemente comes más. En la década de 1960, había alcohol y tabaco en las mesas de las habitaciones. Hoy nunca haríamos eso, porque sabemos que es un error. En la década de 2000 había patatas fritas y bagels en las mesas. Ahora la gente está cada vez más concienciada y hay más fruta y agua mineral. La gente está empezando a entender que no hay que tener comida por todas partes y a todas horas."

"La razón por la que me preocupa la obesidad infantil es porque de adulto es difícil romper el ciclo y ser delgado. Y existe una gran discriminación hacia las personas con sobrepeso y obesidad. 

El 24% de los trabajadores sanitarios del mundo occidental piensa que las personas obesas merecen menos esfuerzo sanitario para recibir tratamientos. 

Y el 24% de los profesores occidentales creen que los niños obesos son algo más tontos, así que les ponen peores notas, aunque hagan bien los exámenes."

"Creo que la comida consumida en la cantidad adecuada y en el momento adecuado no es peligrosa. El tabaco, en cambio siempre es peligroso incluso si fumas muy poco. Yo creo que la industria alimentaria debe tener un papel —en la lucha contra la epidemia de obesidad—, sobre todo a la hora de declarar sus ingredientes. Tener etiquetas reales y más comprensibles, más sencillas de entender por todos los consumidores."