El sociólogo norteamericano Richard Sennet era entrevistado en El País, y nos dejó algunas ideas que sin ser novedosas, si resultan contundentes viniendo de alguien con tanto prestigio. Pero no queremos escuchar, reflexionar sobre el futuro a corto plazo, una vez que hemos aceptado que el futuro a largo plazo se nos escapa por importancia. Veamos algunas de sus palabras.
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P. ¿Cómo deben cambiar nuestras ciudades? ¿Podemos ya extraer lecciones de la pandemia?R. La covid-19 nos ha enseñado lo inflexibles que son nuestras formas de construcción. La única forma de encontrar refugio en la pandemia fue en pisos privados, que acabaron siendo prisiones. Si no hubiera sido por las vacunas, habríamos tenido ciudades muertas. Ha sido una especie de campanita que ha sonado para decirnos que necesitamos espacios urbanos más flexibles, reconfigurar nuestras casas. Tenemos ciudades superplanificadas que no pudieron reconfigurarse ante circunstancias imprevistas. Y el cambio climático va a ser aún peor; tiene efectos predecibles a largo plazo, pero imprevisibles a corto plazo. No podemos planear cuándo habrá 45 grados en Madrid, pero debemos estar preparados para reconfigurarnos ante las emergencias. Necesitamos más espacios públicos abiertos, flexibles: espacios que puedan ser reconfigurados. Más plazas, menos aparcamientos, más árboles. La mayoría de los edificios que se construyen son cajas selladas de cristal y acero. Habíamos pensado en cosas simples como ahorrar electricidad, y resulta que lo mejor que puedes hacer es abrir la ventana para que circule el aire, pero en un rascacielos no puedes abrir la ventana. Con el cambio climático vamos a necesitar estructuras más planas, más porosas, con más posibilidades de reacción ante la naturaleza. Necesitamos sistemas abiertos y flexibles. En Nueva York hemos visto que no es tanto una cuestión de calor como de lluvias: en periodos de sequía y de inundaciones, los edificios no pueden adaptarse. Tengo en la cabeza una llamada de atención para la arquitectura.
P. ¿Quién lo está haciendo bien?
R. Londres está haciendo algunas casas flexibles; hay muchos experimentos interesantes, casas de menor escala y adaptables. Como ciudad, Barcelona lo está haciendo bien, intentando ser más flexible. Algunas ciudades de provincias como Lyon lo están haciendo mejor que París, con esta propuesta de ciudad de 15 minutos que es una fantasía: si eres pobre debes desplazarte dos horas y no tienes elección. Las ciudades nórdicas como Estocolmo también son una maravilla.