Somos excesivamente líquidos en el amor y no dejamos reposar nada


Naturalmente nuestro corazón es para siempre. Al menos el interior. Luego el exterior ya… lo vamos cambiando según los tiempos, dejando heridas, sabores dulces y amargos, experiencias de todo tipo. 

Y es que ahora son ya tiempos de eso, de que nada sea para toda la corta vida.

Decimos que los tiempos son líquidos, que incluso todo nos parece líquido a costa de que lo vamos adaptando a los momentos, a las circunstancias. Y eso nos lo tomamos como algo positivo.

No sé si es correcto pensar que la adaptación líquida de todo para todos sea un activo. 

No dejamos tiempos para las reflexiones, para meditar si es mejor la liquidez de los tiempos o el reposo de los problemas.

Ser excesivamente rápidos en la toma de decisiones importantes no siempre es lo más correcto. 

El tiempo es también una buena herramienta para la salud y estar cambiando constantemente de forma según nos movemos como líquidos, impide encontrar nuestra propia forma ante los problemas.