Hay colecciones que pueden parecer interesantes pero tienen una duración en el tiempo no siempre muy amplia. Yo hace ya más de 50 años que empecé a coleccionar billetes de tranvías, metro, bus, etc., de servicios públicos de transportes urbanos.
Pero el tiempo no pasa en balde y muchos de aquellos billetes, impresos en malos papeles y con tintas de baja calidad, están sufriendo el paso del tiempo.
El que os dejo arriba es de los Tranvías de Barcelona, de principios del Siglo XX, casi un siglo, y las tintas se están cristalizando y van saltando cuarteadas en cuanto se toca el billete. No hay solución para salvarlo, y durará lo que pueda.
Claro que peor son los papeles actuales, térmicos y con una vida de días o a lo sumo semanas, en donde enseguida se pierde la impresión. Cosas de la vida actual, en donde muchas cosas son efímeras, de usar y tirar.