Todos conocemos en nuestros parques y zonas verdes urbanas lo que son los "Caminos de Deseo" aunque no todos sepamos cómo se llaman en realidad y si son algo positivo o negativo. Lo curioso es que todos los utilizamos.
Son esos pequeñas sendas que vamos dibujando con los pies en las zonas verdes, casi naturales, y que los ciudadanos, los peatones, vamos creando en los parques y a veces plazas si estas no se han creado con las zonas verdes en alto, en los campos asilvestrados cercanos a las ciudades, incluso en bosques o espacios naturales.
Son caminos —sobre todo si nos referimos a los parques o jardines de las ciudades— que se van formando poco a poco tras la inauguración del diseño final de una zona verdes, y ajenos al trazado diseñado por los urbanistas, arquitectos o diseñadores de zonas verdes.
Los ciudadanos que pasean por las nuevas zonas van encontrando enseguida caminos más fáciles, cortos o útiles para pasar de una zona a otra. Y eso en principio suena a un destrozo de la zona verde, pero al contrario, es algo que se contempla en todos los departamentos de diseño urbano.
Se sabe que estos Caminos o Sendas del Deseo se crearán, y se admiten como opciones ajenas al diseño real de la zona, sobre todo por el respeto que supone un proceso que lleva siglos produciéndose.
Y si los diseñadores de la zona verde no desean que existan, que los peatones las creen, simplemente enmarcan esas zonas verdes con piedras o las levantan pocos centímetros del suelo con un simple adoquín.
De hecho se sabe que muchas calles de las ampliaciones de las ciudades en la antigüedad se producían a base de esos Caminos del Deseo, que eran los utilizados por viandantes o por animales en sus movimiento.
Antes incluso de que se diseñaran planes de urbanismo para crear nuevas calles, desde siglos han existido estos Caminos del Deseo que se iban formando alrededor de las ciudades. Y cuando estas se ampliaban, se utilizaban esos caminos como referencia para hacer calles.
Un ejemplo lo podemos señalar en Zaragoza. Las calles Camino del Vado o Travesía del Vado en la margen izquierda de Zaragoza, existían mucho antes de que en esa zona hubiera casas, viviendas, en lo que hoy es un barrio totalmente urbanizado y poblado. Eran caminos de tierra formado por el paso de personas y caballerías para atravesar el río Gállego en las zonas de "vado" en donde era más sencillo cruzarlo.
Hoy esos Caminos o Sendas del Deseo articulan desde hace décadas el crecimiento real del urbanismo en la zona, aunque ahora ya nadie cruza el río Gállego andando por encima de las aguas sino por puentes.
Otro detalle al que tienen respeto los urbanistas en relación a estos Caminos del Deseo, es que según su anchura nos indican si son caminos más o menos utilizados.
No es sencillo al diseñar una extensa zona verde qué zonas, caminos o entradas van a ser más utilizadas por los vecinos de la zona. Depende de muchos factores como puede ser la sombra, el paisaje que se observa desde una zona o desde otra, el tráfico, si hay o no bancos o es una zona que se encharca con las lluvias, el ruido o el silencio, etc.
Los Caminos del Deseo indican qué uso se hace del parque y ayudan a diseñar los futuros parques, plazas o zonas verdes de la ciudad.
Julio Puente