Vivir es aprender a gestionar nuestras experiencias


Vamos construyendo nuestro propio camino hacia el futuro a base de capas del presente que enseguida se van quedando viejas y escondidas y se convierten en pasado. Pero siguen existiendo, nos siguen acompañando. 

Crecemos porque nos vamos añadiendo capas, experiencias, formaciones ante la vida, ante las diversas situaciones que vemos superando tras llegarnos con toda su crudeza.

Y siempre dejamos una puerta para entrar y salir, que casi siempre la tenemos cerrada, pues nos preocupa que se nos puedan colar dentro los que no deseamos dejar entrar.

Casi siempre es así, pero todos tenemos una construcción de vida totalmente distinta, en número de capas y experiencias, en el color de estas, en el tamaño y en las heridas que nos han ido produciendo.

Todos tenemos que seguir viviendo dentro de esa cueva, además casi siempre dentro y admitiendo que seguirán llegando nuevas capas, buenas o malas, grises o con colores, que nos irán pesando pues siempre se nos ponen encima de las que ya tenemos.

Si somos capaces de aceptar todo esto, de admitir como lógico y habitual, común en todos…, admitiremos también que debemos entender de capas, de soportarlas, de comprenderlas, de convivir con ese peso. Que tenemos que gestionar nosotros nuestra propia vida.