Sanidad: sus debilidades, cambios y fortalezas



Me preguntaban el otro día en una reunión presencial si en realidad faltan médicos en España o era una mentira que se nos decía para gastar menos presupuesto en Sanidad. Vamos con esta primera duda.

Este dato en sí mismo no es fundamental para entender que la Sanidad en España es buena o mala. Depende de muchos factores, entre los que yo destacaría el tipo de organización sanitaria en global, la importancia que tiene cada elementos corporativista dentro de la Sanidad, quien te lo cuenta y cómo nos lo cuentan, la motivación y cansancio personal de todos los integrantes del Sistema de Salud. También de la motivación y cansancio de los Gestores.

En España tras la pandemia, que nos ha desnudado claramente en temas como la Sanidad y no es el único, falta mucho personal de enfermería, no faltan médicos en general, faltan médicos de Atención Primaria o llamados también de Familia, estamos bien o por encima de otros países en médicos especialistas, de Urgencias o de quirófanos. Primera respuesta y primer gran trabajo pendiente en RRHH.

Lo grave es la nula modificación laboral que nos permiten nuestros reglamentos para poder mover a profesionales médicos entre bloques de necesidad. Es muy complicado por poner un ejemplo, mover a médicos de familia entre sus puestos de urgencia y la necesidad de ampliar los de Atención Primaria. Es complicado lograr mover médicos rurales a las localidades vecinas grandes y al revés para organizarse mejor, o entre diferentes especialidades médicas. 

Diríamos que NO hay una cintura organizativa ágil y posible. En una empresa privada eso sería imposible de soportar.

En España un médico de Atención Primaria sale tras unos 10 a 12 años de carrera universitaria. Pero sale con un puesto de trabajo, si quiere, en la Sanidad Pública. 

En otros países esos tiempos son mucho más cortos, y la formación más escasa. Incluso a los 4 a 5 años de empezar una carrera se puede salir médico titulado, pero no para trabajar en la Seguridad Social.

Estos médicos tienen que elegir en ese momento una especialidad, y pueden seguir estudiando cardiología, cirugía o médicos de familia. Y en todas las especialidades los años que faltan son muy iguales. Pero finalmente la carga de trabajo no serán iguales, como tampoco será igual el prestigio social o la capacidad para convertirse en médicos particulares. 

Y los profesionales nuevo médicos eligen con arreglo a las condiciones de trabajo, algo que hace unas décadas no era así pues primaban mucho más los alicientes sociales.

Así que cada médico ya aprobada la carrera se piensa qué seguir estudiando y elige con arreglo a diversas variables. Sus gustos y su posible futuro. Y si no quieren seguir estudiando, pueden optar por entrar de médicos en empresas privadas que no siempre son hospitales o consultas a pacientes, o por buscar plaza de trabajo en otros países en donde la Sanidad Privada o la Sanidad diferente a la española les facilita su trabajo.

Por poner un ejemplo comparativo en años y calidad formativa, es muy similar el proceso de Médico Especialista al de Profesor Universitario. Y no olvidar nunca que un médico de familia, es un médico especialista. También a efectos de reconocimiento social.

No estoy —en absoluto— a favor de que la Seguridad Social baje los 10 a 12 años de formación, pues eso supondría menos calidad asistencial, pero el propio Sistema Estatal de Salud en realidad juega con esa opción, convalidando a veces títulos que no siempre han pasado por estos sistemas formativos en España, y así compensar déficit de profesionales.

Hay otros sistemas de salud en otros países, los conocemos pues son fáciles de buscar y encontrar. Francia, Portugal, Reino Unido, Suiza, Países Bajos, o los clásicos como EEUU son muy conocidos. 

España tiene un sistema de salud mucho mejor para la universalidad de la atención sanitaria y para las capas sociales con menos recursos, pero no siempre lo entendemos así, y sobre todo hay muchos intereses alrededor de la Salud que presionan para cambiar hacia otros Sistemas de Salud. No debemos olvidar el tremendo montante que económicamente mueve la Salud en todo el mundo.

Organizaciones a veces complejas, que también presionan desde dentro, incluidos los Colegios Profesionales que durante décadas no han permitido que se ampliara el número de alumnos que pudieran estudiar medicina. Incluso ahora dicen que esa no es la solución. Y es verdad, no es la única solución, pero sí es una de las soluciones.

En cuanto el número de personal de enfermería, bajo o muy bajo en España, es otra asignatura pendiente. Por reconocimiento a una profesión, por sueldo y respeto desde sus propios compañeros médicos, por distribución de sus asignaturas de trabajo y sus responsabilidad médicas que ayudarían a restar saturación al Sistema de Salud. Pero no siempre están ni bien asesorados ni bien gestionados. La mezcla es casi explosiva. 

Curiosamente en la Sanidad Privada se hacen usos de personal de Enfermería que no se consienten en la Pública. Y funcionan para todas las partes: Enfermo, enfermero, médico y empresa.

La calidad de la AP en España es fabulosa, pero además tenemos un sistema de Farmacias que es casi único en Europa. Y una farmacia nunca debería ser solo una tienda de química sanitaria. Puede ser mucho más, y algunas ya lo son y lo trabajan descongestionando el Sistema Sanitaria. pero queda mucho por hacer.

Para acabar una reflexión fundamental. 

TODOS los médicos, necesitan —para ventaja social, de sus pacientes, de todos nosotros— disponer de unas horas diarias de investigación de formación añadida, de trabajo social en su zona de influencia. 

Lo podríamos llamar Salud Comunitaria, Salud Pública con matices, pero sobre todo lo debemos llamar reciclaje constante y ayuda a los pacientes en su comportamiento ante sus problemas de salud. Deben acudir a los colegios a dar charlas a niños y jóvenes, deben moverse por las Asociaciones de su zona de influencia, deben conocer muy bien el tejido social en el que trabajan.

Esto último, esa Atención Comunitaria que reclamo como un trabajo imprescindible en la AP, no se puede hacer por agotamiento y exceso de trabajo presencial en la consulta, pero es fundamental para una buena salud de la sociedad. 

Y sobre todo para una formación en Salud que reste presencialidad de las personas en sus consultas. 

No se trata de no atender a los pacientes, en absoluto, sino enseñarnos a que nos atendamos mejor nosotros mismos. Gran parte de la Salud es comunitaria, es incluso decisión personal. Y en eso tenemos que trabajar mucho, o nos estaremos equivocando todos.

Recordemos que posiblemente ciertas actitudes sociales son más fáciles de resolver con cambio en educación y formación que desde el cambio de leyes castigadoras. Estas últimas llegan después de cometer el delito y a la inmensa mayoría de los torpes o asesinos le da igual el castigo.

Julio Puente Mateo