Esas escaleras conducen al futuro de Europa. Subirlas impresiona por la amplitud de todos sus espacios y por el vacío de sus estancias.
En realidad allí se juegan una gran parte de nuestras posibilidades de crecimiento incluso en nuestros barrios, en nuestras ciudades aunque sean pequeñas.
Y quien mejor sabe moverse por entre esas escaleras, mejores opciones consigue para sus vecinos de calle.
Muchas veces no damos importancia a las opciones que realmente nos afectan, mientras tanto, otros, sí saben manejarse por entre las paredes de los grandes edificios europeos.
Allí todos se conocen, muchos se temen, todos interactúan, muchos más de los que nos imaginamos saben medrar y medran.
Es como una inmensa partida de ajedrez en donde se juega con piezas de carne y hueso para trabajar el futuro.
Quien no está allí, nunca se le espera.
——————————