Si tu empresa va mal, no pidas milagros


Si observamos la viñeta de arriba, del genial Quino, podemos ver claramente que todos nos equivocamos al pedir ayuda milagrosa, que perdemos el tiempo con situaciones que no nos conducen a nada.

Somos torpes y nerviosos a la hora de analizar los problemas, y estoy seguro que ahora mismo pensarás que no, que tú… no. Bueno, es posible, bien, tu no, pero muchos si. Yo también, a veces.

No existen los milagros. O al menos no existen para las pequeñas cosas, y menos para los problemas de gestión nuestra. 

El milagro que funciona es la buena formación, el aprender a saber hacer las cosas bien. Y el detectar los problemas a tiempo, para que tengamos ocasión de resolverlos antes de que se hayan enquistado.

Así que prepárate… también… a tener preparados un par de Plan B para situaciones complejas y que no te esperabas. También para lo que no te esperabas hay que estar preparados.

Todo menos hacer rogativas, quejarte y poner malas caras. Eso no sirve para vender las resistencias de los problemas que tiene tu empresa o tu proyecto. 

Casi siempre estos tienen algo que ver con las empresas que te hacen competencia, con tu mala planificación en el negocio, con tu falta de recursos bien sean económicos o formativos, con no saber rodearte de un buen equipo, con no haber estudiado bien el mercado al que acudes a plantear tu servicio.

Repasa tu Plan de Empresa, mira a ver en qué has fallado, en qué partes no hiciste las previsiones correctas, y es posible que todavía tengas tiempo para rectificar. 

Observa si hay que mover tu actividad hacia otros servicios, si debes reforzarte con algo o alguien, si es necesario algún cambio en las inversiones, controlar mejor tu calidad o tus precios finales.

Ajovín