No olvidemos que jugar es muy productivo


No dejamos de jugar por el hecho de hacernos adultos, nos hacemos adultos cuando dejamos de jugar. 
Bernard Shaw.

No sabría decir dónde finaliza el juego que no entretiene la vida y dónde comienza la tristeza real de esa misma vida si no tiene ánimo para jugar, funciona sin estímulo, sin pasión. Hay muchas maneras de jugar, y la mayoría son muy serias y válidas, productivas incluso.

Jugar además de ser positivo es una hermosa manera de lograr excelentes objetivos. 

Picasso o Miró nunca dejaron de jugar muy en serio, y como ellos miles de artistas, empresarios con sus riesgos, innovadores con sus osadías, relaciones públicas con sus experimentos para lograr objetivos positivos, entrenadores para obtener triunfos que levantaran la moral.

Jugar es una de las actividades humanas más válidas. 

Los animales juegan toda la vida, los humanos como animales que somos también, aunque deseemos disimularlo. 

No es fácil unir el jugar con la violencia. Cuando te conviertes en violento ya no estás jugando, te estás amargando. 

Son incompatibles jugar y ser violento, pues el jugar supone delicadeza, disfrute, alegría, pasión, vida compartiendo gozo.

Recuerda que la vida te devuelve lo que tú le has dado. 

Si eres de los que repartes, recibirás el gozo de la felicidad. Aunque solo sea por saber tú mismo que eres válido repartiendo. 

Y recuerda siempre, que jugar es una actividad muy válida y que tiene muchas acepciones posibles. 

Una de ellas es no tomarnos excesivamente en serio la vida, pues eso nos frena en nuestras pequeñas osadías, que son las que a veces conquistan el mundo.