Con menos ruido, saldríamos ganando. Pero no es necesario el silencio, sino el cambiar los tonos.
Los intelectuales en España están perdidos y afónicos
Los intelectuales que lo son o se los creen, cada vez tienen más complicado hacerse escuchar. Hay excesivo ruido en el teatro de la vida, excesivas opciones insultantes. Es bueno hablar mucho y por muchos, pero sería interesante que en vez de insultar se plantearan opciones reflexivas, que no tienen que venir de consagrados intelectuales, sino de personas como todos nosotros, normales.