El arquitecto vallisoletano Alberto Campo Baeza nos da
algunas pinceladas de la formación actual en las universidades, con una
interesante reflexión de la que hay que tomar buena nota. Habla desde su experiencia, pero mucho nos tememos que estos detalles son válidos para muchos espacios educativos.
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Los profesores de las facultades de todo el mundo emplean un
lenguaje común. Nos quejamos en la Universidad de España pero en la de Columbia
en NY encuentras los mismos defectos y bondades. Falta una estructura docente
más profunda.
Bolonia iguala pero por abajo la actividad del docente; es un
error. Hay que buscar la excelencia, difundir la cultura. Yo cito en clase a
filósofos o a poetas y los alumnos toman nota. Espero que algunos acabarán leyéndolos.
José Saramago decía que el escritor tiene en la punta de sus
dedos pequeños cerebros y que no hay ideas maravillosas si no se pueden
traducir. El escritor trabaja con palabras, el arquitecto con planos.
No se entiende la luz sin sombras. En el panteón de Roma (un
ejercicio sublime de luz) triunfa esta sobre las sombras. Pero sin las sombras
que arroja el resto de la cúpula no se entenderían las columnas de luz
maravillosa que entra por la abertura central. Y eso deben entenderlo en profundidad los alumnos.