Por todos es sabido que la sal ayuda a conservar los alimentos y realza el sabor de los alimentos en la comidas. Y que además contiene sodio, que es un nutriente esencial para el organismo. Pero consumir sodio en exceso tiene más inconvenientes que ventajas. Por eso hay que controlarlo mucho, sobre todo a las edades más altas.
Los problemas más comunes son:
Hipertensión arterial: Esto se debe a que la sal hace que se retengan más líquidos provocando una mayor presión sobre las arterias, obligando a los órganos principales del cuerpo a trabajar más y con más fuerza por exceso de peso.
Trastornos cerebro-cardiovasculares. Un alto nivel de tensión arterial provoca que las arterias se estrechen y endurezcan, aumentando el riesgo de sufrir coágulos.
Los coágulos son una de las principales causas de infartos. Reducir el consumo de sal, disminuye el riesgo de padecer estos problemas.
Dolencias renales: Un exceso de sal, afecta a los riñones, pues estos deben eliminar mayor cantidad de sodio por la orina, lo que acaba por desgastarlos, y causando enfermedades renales.
Cáncer de estómago: La sal afecta a la capa que recubre el interior del estómago, lo que facilita que se produzcan células malignas en la zona.
Osteoporosis: Un exceso de sal provoca que se elimine más calcio por la orina facilitando la desmineralización de los huesos.