Somos lo que queremos ser, y aunque nos influyen sin duda los acontecimientos, lo que nos rodea, la sociedad que están con nosotros en los mismos tiempos, seguimos teniendo capacidad para romper con muchas cosas e intentar buscar nuevos caminos.
Muchas veces lo que tenemos, lo que nos rodea, no nos gusta. Y entonces hay que plantearse qué deberíamos cambiar, cuándo deberíamos cambiar.
Pero cuidado, una cosa es que no nos guste en un momento puntual, algo que nos sucede a todos, y otra cosa es que no nos guste "casi" nada.
Y una cosa es que sepamos o podamos cambiar a mejor para nosotros, y otra es escapar antes de saber hacia dónde queremos ir, pensando en mejorar.
Si algo no nos gusta, antes de mandarlo todo a la mierda, reflexionemos, montemos nuestra idea y proyecto, y no nos lancemos al vacío. Nadie nos obliga a tener que romper en un momento determinado. Podemos hacerlo media hora después, o dos días más tarde.